Me piden un recuerdo. Hala, así, un recuerdo. Como si fuera tan fácil, después de diez intensos años contando baloncesto desde aquí, quedarse con algo puntual, con una sola cosa. A mí, desde luego, me parece realmente complicado. Me acuerdo de todos los viajes, empezando por el del debut (Europeo Cadete de Portugal 95, en el que los Montáñez, Alzamora o Javi Rodríguez, entre otros, se alzaron con la medalla de plata) y acabando con el último (Copa del Rey 2004, Sevilla). Y en medio, Zadar, Hungría, Bosnia-Herzegovina, Bourges, Berlín, Turquía, Estados Unidos... Sí, Estados Unidos, creo que ya he escogido, voy a contárles éste. No el de Indianápolis 02, no; otro, el de mi primera vez al otro lado del charco.
Dicen los historiadores que para echar la mirada hacia atrás, antes hay que situarse en el tiempo. Hagámoslo, pues. Semana Santa de 1996. Por aquel entonces, había veinte equipos en la ACB, de los que ya sólo se mantienen once. Amway Zaragoza, Salamanca, Cáceres, León, Murcia, Xacobeo 99 Ourense, Festina Andorra, AGB Huesca y Gijón son los caídos. Ojalá vuelvan todos... algún día.
En el número de Gigantes en el que escribí el reportaje elegido, Alphonso Ford salía como Gigante de la Semana y en la portada aparece Dominique Wilkins con un pañuelo verde del Panathinaikos (entrenado por Boza Maljkovic) sobre la cabeza y la Copa de Europa en sus brazos. "Vergonzoso estreno griego", rezaba el titular. ¿Se acuerdan, no? La final de París; el tapón ilegal de Vrankovic; los cinco segundos en el reloj, que realmente fueron doce; los pasos de Montero... Todo ello se llevó las primeras 27 páginas del número 546 de nuestra querida publicación, pero si avanzan un poquito más pueden encontrar otra historieta, de liga EBA concretamente. Sí, sí, qué quieren: uno -que llevaba sólo año y medio en la redacción- era, en dicha época, tan sólo (para mí, tanto) un colaborador -a los fotógrafos veteranos les gustaba llamarnos meritorios- que se ocupaba de las competiciones Femenina y EBA.
A Nueva York con vino



O mi (nuestro) primer partido de NBA en vivo y en directo. No fue gran cosa, la verdad, aquel Nets-Bucks con ambas franquicias en horas bajas, pero tampoco le faltaba razón al yogurín zamorano, Jesús Vicente: "Es impresionante toda la parafernalia que montan. El partido fue un rollo, pero ellos supieron hacer de eso todo un espectáculo".


Y también jugaron
Por cierto, que con tanta batallita se nos olvida contar los curiosos partidos ante las universidades de Southampton y Stony Brook, tan dicíciles de acordar y organizar merced a las reglas de la NCAA. Ya saben, después de la temporada oficial queda terminante prohibido disputar encuentros. Es por ello que estos enfrentamientos se disputaron sin publicidad alguna, sin árbitros, sin marcador electrónico e, incluso, sin los entrenadores locales (uno de ellos era el ex jugador de la NBA Sydney Green), que abandonaban el recinto deportivo minutos antes de comenzar la acción por temor a que algún inspector de la Liga estuviera por allí o, simplemente, se enterara de la celebración de estos eventos.

Ya está. Así transcurrieron ocho días inolvidables ("el año que viene hay que fichar a un ruso", bromeaba el preparador español en el vuelo de regreso) que para muchos de nosotros supuso el primer cruce al otro lado del charco. Luego sí, llegaría alguno más, como del Mundial de Indianápolis, donde la victoria ante los USA-NBA, la visita al Hall of Fame del baloncesto High School de Indiana o el conocer al mismísimo Bobby Plump (personaje real sobre el que se basó la película "Hoosiers") constituyen instantes vividos que tampoco se pagan con dinero. Sin embargo, y no sólo porque uno sea de Sinatra, siempre nos quedará Nueva York.